Inma Femenía posee la brillante habilidad de concebir el color de manera atmosférica: no únicamente como materia, no únicamente desde lo sensorial, no únicamente desde lo metafísico.
En el cruce entre tecnología, percepción y emoción, la obra de Inma Femenía (Valencia, 1985) se despliega como una investigación constante sobre la luz, no solo como fenómeno físico, sino como lenguaje sensible. Formada inicialmente en Bellas Artes, su práctica se ha nutrido de un pensamiento en evolución permanente, alimentado por una lectura atenta del arte contemporáneo, su constancia al estudio, e influencias como la orba de James Turrell.
Su trabajo dialoga con las experiencias inmersivas del espacio, en un ejercicio que vacía de ornamentación y se centra en lo esencial: cómo vemos y cómo sentimos. La experiencia de sus instalaciones, como Aire Magenta en el IVAM (2024), o Iris de Foc en el Liceu (2024) convierte los espacios en diálogos que emergen de la luz y el color como una manera de esculpir las posibilidades del interior de los espacios, así como nuestro propio interior.
Hablamos con Inma Femenía sobre luz, sensorialidad, el equilibrio entre la física y la sensibilidad, y su fascinación por transmitir aquello que siente.

Inma Femenía. Instalación "Aire Magenta" IVAM (2024). Foto: ©Mariela Apollonio
¿Cómo es un día normal de Inma Femenía?
Un día normal empieza con un desayuno tranquilo y, sobre las 9:30 h, ya estoy en el estudio planificando la jornada mientras tomo un té. Primero me ocupo de las gestiones pendientes para después dedicar la mañana, sin distracciones, a la fase del proyecto en la que esté: conceptualizar, trabajar en maquetas, fotografiar, pintar o probar materiales.
A las 14 h paro para comer y, siempre que puedo, salgo a pasear con Joaquima, mi perrita. Por la tarde vuelvo al estudio para cerrar lo que tengo entre manos y, normalmente, termino la jornada sobre las 19 h, dejando todo listo para el día siguiente.
Trabajas en un entorno muy particular. Parece el sueño utópico de todo artista poder desarrollarse en un entorno natural que ofrezca perspectiva de espacio y también limpie nuestro cerebro de estímulos. ¿Qué hay de tu entorno en tu obra? ¿De qué manera influencia?
Soy muy visual y observadora, así que mi entorno se cuela en mi obra sin darme cuenta. Una de las bases de mi trabajo es la luz, y en València es cálida e intensa, con matices que hacen que los colores brillen de forma única. Además, vivir cerca de la playa me ha enseñado a fijarme en los reflejos que la luz genera sobre el agua y en cómo esos destellos cambian según el momento del día. De ese juego de luces y volúmenes nació mi interés por explorar cómo la luz incide en la fisicalidad de los objetos y transforma la percepción de las formas.


Inma Femenía. Instalación "Aire Magenta" IVAM (2024). Foto: ©Mariela Apollonio
Cuando comenzamos a investigar sobre artistas que trabajasen el color en España, tu nombre fue uno de los primeros que vino a nuestra mente. Trabajas con la luz, entendiendo que es el canal gracias al que tenemos percepción de las cosas, y el color en tu obra juega un papel protagonista. A través de él, creas atmósferas que nos trasladan a otros universos. ¿Cómo definirías la relación entre tu obra y el color?
La relación de mi obra con el color nace casi instintivamente. Lo trabajo como si fuera materia, dándole cuerpo y fisicalidad en cada capa. Para mí, el color es percepción que conlleva experiencia. Concibo el color como luz matéricamente presente y como espacio que se expande, cada haz lumínico genera atmósferas, aporta profundidad y esculpe volúmenes. En mis proyectos más recientes he explorado esta idea mediante el aire. Por ejemplo, en la instalación site-specific Aire Magenta en el IVAM y en Iris de Foc en el Liceu, donde el juego de rayos de sol y fenómenos naturales invita al visitante sumergirse en esa experiencia sensorial.
Mi propósito es transmitir al espectador la misma fascinación que siento ante el fenómeno del color. Quiero que, frente a mis obras, experimenten un instante de asombro y contemplación, dejándose envolver por lo lumínico y cromático.

Inma Femenía. Instalación "Iris" de Foc Liceu (2024) ©David Zarzoso
¿Cómo llegaste a conectar con el color como protagonista? ¿Qué crees que ocurrió en tu interior y de dónde podríamos decir que proceden esas influencias, consciente o inconscientemente?
Creo que conecté con el color de forma muy natural, casi sin darme cuenta. De pequeña me fascinaban los estuches repletos de colores, desde los lápices de madera hasta las acuarelas, apretar el lápiz para intensificar el tono o ver cómo unas gotas de agua convertían el pigmento en algo casi translúcido me absorbía por completo. Esa curiosidad me llevó a estudiar Bellas Artes, donde descubrí que lo que realmente me atraía no era tanto el color puro sino los fenómenos lumínicos, la sutileza de un degradado o los destellos de luz reflejada.
Mi constancia en el estudio, mis lecturas de crítica contemporánea y la influencia de obras de artistas como James Turrell o Monet han cimentado mi trabajo, tanto de forma consciente como inconsciente.
El material suele estar tremendamente ligado y condicionar lo que se comunica. ¿Qué protagonismo tiene el material en tu obra?
Para mí, el material es uno de los puntos de partida para dar forma al color. Trabajo el color de manera muy física y, para que adquiera esa tangibilidad, elijo con cuidado la materia y la superficie.
Uno de los libros que más me ha influido en esto es Surface, de Giuliana Bruno, donde se explica que las superficies, como muros, pantallas o tejidos, no son solo un soporte, sino que influyen en lo que vemos. Cada una deja pasar la luz de forma distinta y aporta sensaciones visuales y táctiles. De igual modo, en mi obra selecciono los materiales precisos para construir la atmósfera que busco.


Inma Femenía. Instalación Mehr Licht! (2020). Foto Mariela Apollonio and Jabalí Studio.
Formas parte del libro Women Light Artists como una de las 40 mujeres artistas y diseñadoras más influyentes por tu trabajo con la luz. ¿Cómo ha sido el proceso de encontrarte cómoda trabajando con la luz? ¿Qué ofrece darle protagonismo a la luz y al color que no ofrecen otros mecanismos de materialización de tu obra que hayas explorado antes?
La luz es una de las materias más complejas de tratar y, al mismo tiempo, una de mis herramientas favoritas. Me he ido sintiendo cada vez más cómoda trabajándola e incorporándola a mis proyectos; ha sido un proceso gradual e intuitivo.
Tras años de ensayo y error en el estudio, aprendí a comprender sus cualidades y a ver cómo transforma cada superficie para generar color. Además, colaborar con físicos, técnicos de iluminación e ingenieros resultó clave, su mirada especializada ha enriquecido los proyectos que he desarrollado.
Me he dado cuenta de que, para crear experiencias directas e inmersivas, nada me
funciona tan bien como la luz. Ella ocupa el espacio y rebota en las superficies, revelando matices que envuelven al espectador y lo convierten en parte activa de la obra. Un buen ejemplo es mi instalación Mehr Licht!, donde una pantalla LED ilumina una pared y en consecuencia el espacio, reconfigurando por completo la manera en que solemos percibir este color-luz. Creo que este tipo de intervenciones ofrecen al público la oportunidad de sumergirse en una experiencia emocional y física.


Inma Femenía. Instalación Mehr Licht! (2020). Foto Mariela Apollonio and Jabalí Studio.
A lo largo de los años habrás habrás percibido un sinfín de reacciones del espectador ante el color, ¿Cómo influye la percepción subjetiva del espectador en la manera en que creas tu obra? ¿De qué forma el contexto cultural o social del espectador puede alterar su percepción de tus obras, y cómo lo tomas en cuenta en tu proceso artístico?
En mi proceso creativo no me condiciona la percepción subjetiva del espectador, que siempre será diversa. Me guío por la motivación original del proyecto y la expreso de manera directa, para que cada persona conecte con la obra desde su propia sensibilidad. Me interesan los movimientos, recorridos y reacciones espontáneas que observo en los espectadores de mis obras.
Una de las razones primordiales por las que nosotras creamos CACO, es que, bajo nuestra investigación percibimos una falta de educación cultural en relación al color. Tú, como artista especialista en ello pero también divulgadora y formadora ¿A qué nivel de educación sobre color, y en general cultura del color nos enfrentamos? Porque, aunque tu obra busque más emocionar y no tanto ser comprendida, ¿Crees que es al que el espectador está habituado? ¿Sientes un vacío muchas veces entre lo que buscas transmitir con tu obra bajo tu prisma, y lo que se entiende de ella por falta de educación en el color?
Vivimos rodeados de estímulos cromáticos y contamos con una intuición innata para percibir matices e interpretar el efecto del color en nuestro entorno. Aún así, coincido en que es posible que falte cierta formación centrada en la sensibilidad cromática. Por ejemplo, los más habituados a experimentar con el color son los niños, que exploran y juegan sin prejuicios. En el caso de los adultos, creo que esta sensibilidad se pierde si no se cultiva, tanto de un modo lúdico e inconsciente como desde una mayor educación en la ciencia detrás del color y la percepción.
El arte desempeña aquí un papel clave: al acercar al público a una obra, afinamos su mirada y reforzamos su capacidad de sentir y entender el color.
Inma Femenía. Instalación Mehr Licht! (2020). Foto Mariela Apollonio and Jabalí Studio. Cortesía de Inma Femenía
Hablando un poco del contexto en el que nos movemos como mujeres, ¿Cuál sientes que es el panorama de la mujer en el sector del arte? ¿Qué nuevas oportunidades, pero también qué limitaciones siguen persistiendo en el sector?
Actualmente, la comunidad artística está haciendo un esfuerzo muy valioso por revisar el cánon y dar visibilidad a creadoras que antes quedaban al margen. Vemos cómo obras de artistas mujeres, tanto históricas como contemporáneas, se incorporan a colecciones públicas y privadas, y cómo las instituciones programan exposiciones que reivindican ese legado perdido.
Formo parte de un impulso colectivo con mis compañeras, que nos da fuerza para avanzar juntas, abrir nuevas oportunidades y seguir derribando las limitaciones estructurales.

Inma Femenía. Instalación "Aire Magenta" IVAM (2024). Foto: ©Mariela Apollonio
Existe un proceso evolutivo en tu carrera profesional que viaja desde crear hace unos años piezas más compactas y de medio tamaño, hasta intervenir espacios grandes con instalaciones que trascienden la función para la que son destinados (has intervenido halls de edificios culturales, museos, teatros, desfiles de moda). ¿En qué registro como artista te sientes más cómoda y hacía donde va Inma Femenía en el futuro?
No tengo una ruta fija marcada, pero me siento especialmente cómoda con intervenciones a gran escala e instalaciones site-specific. Me apasiona la fase que conlleva esta investigación, entrar en un espacio, estudiarlo, entender su luz, su arquitectura y el flujo de las personas, y luego decidir qué aportar para potenciar su carácter. Por eso quiero seguir desarrollando proyectos que establezcan un diálogo entre la obra y el lugar, sin cerrar la puerta a nuevas propuestas o formatos.
Créditos:
Fotos cortesía de Inma Femenía
Agradecimientos a Inma Femenía