Entre los años 70 y 80 Reino Unido se encontraba en un contexto sociopolítico que impregnaba a la clase trabajadora de un malestar casi homogéneo. A principios de los 70, el territorio anglosajón sufría una serie de encuentros que llevaron al crispamiento y la movilización de las minorías: el aumento de la violencia en Irlanda, asaltos racistas que arrastraban a la población negra a la pobreza extrema, cada vez de manera más acelerada y recurrente, la reducción de los salarios de las mujeres, lo que obligaba a gran parte de la población femenina a dejar sus oficios para convertirse en enfermeras o cuidadoras de hogar, así como la abolición de sus derechos sexuales o la restricción de su derechos reproductivos, entre otras cosas.
En el seno de la creatividad y la reivindicación, en 1974 la revista feminista Red Rag publicaba un anuncio con el que invitaban a mujeres a discutir sobre cómo rebatir el estigma y la opresión de las mujeres. Es ahí, donde un grupo de tres mujeres estudiantes de la facultad de Bellas Artes se unen con el objetivo de promover dicha reivindicación, creando See Red Women’s Workshop.


El taller y movimiento See Red no transmitía únicamente un mensaje político. Buscaban la denuncia y la reorientación de perspectivas progresistas a través de la reivindicación por medio de la creatividad, en especial la creación de pósters. Una cartelería impregnada de mensajes revolucionarios para aquel entonces a través del diseño gráfico, cuya temática abordaba temas diversos, como la emancipación de la mujer, la violencia doméstica, la falta de educación sexual, la desigualdad laboral, los derechos reproductivos y la especial vulnerabilidad de las mujeres negras. See Red convirtió este canal de creación de cartelería en su herramienta para la reivindicación, la educación y la cooperación entre mujeres.



El taller se financiaba por medio de la aportación de las propias colaboradoras y la recaudación de fondos. Todas las propuestas creativas eran valoradas en conjunto y no se permitía la participación de hombres. La autofinanciación llevó al taller a definir un estilo gráfico muy concreto. Si bien a lo largo de los años el taller mezclaba diversas técnicas, como la serigrafía junto con el collage, a menudo su cartelería se caracterizaba por ser monocromática debido al bajo presupuesto para la adquisición de las tintas, donde el peso de sus diseños lo albergaba el color y los mensajes políticos directos. See Red utilizó el rojo en su símbolo central de la lucha feminista y como recurso de visibilidad para las problemáticas de la mujer de aquel entonces. Estas ingeniosas piezas, que también buscaban reivindicar la accesibilidad y utilidad de la práctica creativa, finalmente se convirtieron en un movimiento que traspasó y conectó con mujeres de diversas partes del mundo. A través de las artes visuales, el grupo se convirtió en la contracultura feminista underground. Ilustradoras, fotógrafas, dibujantes y diseñadoras encontraron en el movimiento un medio de denuncia colectiva con el cual manifestarse de manera clara y contundente, a la vez que con audacia.



“Producir carteles serigrafiados era en ese momento la forma más inmediata y económica de transmitir nuestros mensajes. Trabajar como una cooperativa, sin jerarquías, sin que una persona tomara el crédito, compartiendo habilidades y conocimientos y siendo accesible para todas las mujeres, fue el principio fundamental detrás de la creación del taller. Todos los diseños se trabajaban de manera colectiva, sin que una sola persona tomara el crédito. Creíamos que cualquiera puede dibujar y crear un cartel, y nos proponíamos activamente subvertir el concepto del Artista con "A" mayúscula como el único creador individual.” Susan Mackie
Integrante de See Red (Oct 2021. Vía /archives.lse.ac.uk/records/5SRW)




El taller se estableció en Walworth Rd, Londres, cuyo acondicionamiento del espacio ocupado fue realizado por las propias mujeres que en aquel entonces se dedicaban a los oficios de la construcción. Walworth Rd las situaba en un entorno hostil y peligroso, donde la violencia hacia el taller fue constante: recibieron numerosos ataques por parte de los grupos simpatizantes con el nazismo, muchas veces llegando a encontrar el taller totalmente destruido y con sus líneas telefónicas cortadas.


En 1983, el taller se trasladó a un local más seguro, pero también dejó de divulgar su mensaje exclusivamente feminista. Los carteles creados hasta la fecha continuaron a la venta, pero el movimiento toma nuevas direcciones para comenzar a centrarse en dar servicios de diseño e impresión a otros grupos comunitarios, hasta el año 1990 cuando finalmente cierra sus puertas.


Durante más de 16 años, un total de 45 mujeres formaron parte del movimiento impulsado por la creación de arte y talleres formativos con los que manifestar su denuncia y el traspaso de sus ideas progresistas en cuanto a la libertad e igualdad de las mujeres. See Red Women’s Workshop, como tantos otras asociaciones de activistas constituidos tanto por mujeres como por hombres, fermentaron como grupos de resistencia ante la problemática falta de conciencia de las minorías en un Reino Unido donde resultaba esencial la solidaridad de género, clase y raza.
Encuentra el único libro publicado hasta la fecha. Una colección de testimonios y todos los pósters producidos publicado por la la editorial Four Corners Books.
See Red Women’s Workshop: Feminist Posters 1974-1990